SIN QUERER LLEGAR A NINGÚN SITIO

Si me preguntas cual es mi primer recuerdo fotográfico no te lo sabría decir, al igual que tampoco sabría decir de donde me viene el deseo de ser fotógrafo. Si tuviera que explicar porque hago fotos o que es lo que me mueve a fotografiar creo que me costaría identificarlo.

 Siempre he pensado que el acto de fotografiar es un acto de presencia, un acto para reafirmar que has estado allí y que fuiste testigo de lo que tenías delante. ¿Pero qué sentido tiene hacer más fotos?, qué sentido tiene acumular imágenes en el ordenador o en la nube… ¿Quién va a ver estas fotos? ¿A quién se las vamos a dejar?

 Tengo 30 y pico años y con mi pareja hemos decidido no tener hijos, así ¿tiene algún sentido que siga haciendo fotos si estas se van a perder seguramente una vez ya no esté?. Estamos viviendo en la época histórica donde se producen más imágenes al día, y todas estas están “circulando” por internet con poco orden y menos control… ¿es este el destino que les espera a las fotos que hago? Perderse en el universo virtual y acabando alimentando alguna fuente de IA.

 Seguramente, este conjunto de imágenes, en otra época, hubiesen sido las fotos que hubiesen formado mi álbum familiar y hubiesen servido para que mis hijos vieran como era el mundo cuando su padre era joven, pero nada de esto va a ocurrir, y lo más probable es que se pierdan en la inmensidad digital.

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